Nano
Version 3.90
Hoy he despedido a esa panda de rufianes que se hacen llamar médicos. Con su maldito parloteo y absurdas "nuevas técnicas" casi consiguen hacerme enloquecer...
Por fin estamos solos mi hija y yo en su dormitorio. La criada a llenado la habitación de flores pero aun así todo sigue oliendo a dolor y enfermedad. Llevo horas sentado a su lado apoyado en la mesita de noche, contemplándola... parece tan frágil, tan bella... hundida en esa montaña de cojines, como una princesa de cuento. Con sus tiernos brazos abraza uno de sus juguetes favoritos: un soldadito de latón que hace años le fabriqué que si le das cuerda dice con una voz de falsete la hora exacta y el abecedario. De pronto mi hija tose y una gota carmesí mancha su almohada. Esto da fin a la ensoñaciòn en la que estaba sumido y me trae de nuevo a la realidad. Mi hija se muere... mi hija se muere porque crecen Rosas en su espalda
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Dormitorio
Me encuentro hundido en la semioscuridad de la habitación de mi hija. He entornado las ventanas para que la luz del sol no la moleste. La única iluminación es la ofrecida por el fuego de la chimenea y el parpadeo de sus llamas transforma el dormitorio en un ondulante y rojizo mar de luces y sombras.Miles de muñecas de porcelana nos observan con sus vítreos ojos desde sus estantes y un tamborilero de hojalata me dedica una burlona sonrisa en una esquina de la habitación. Encontrè un mi lado hay una mesita de noche encima de la cual reposa un vaso y una botella de agua.